El despelote es el siguiente: Por estos días se está discutiendo en el Congreso el reajuste del sueldo mínimo obligatorio. Actualmente, lo que se paga es la impresionante suma de $165 mil.
La propuesta hecha por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) apunta a lograr que el reajuste sea de un 6%, es decir, que el suculento sueldo suba aun más a un total de $175 mil. El Gobierno dice que no, y propone como contraoferta un reajuste del 4%, que en buen chileno quiere decir, subir el sueldo en menos de "luca quina".
A todo esto, por parte de la oposición, se indica que la Democracia Cristiana pretende que el reajuste sea tal que el sueldo quede en $180 mil. ¿La respuesta del Gobierno? Que ellos- la DC- serán quienes se tendrán que hacer cargo de que el sueldo quede tal cual como está; descartando de plano las aspiraciones de los falangistas.
Como último detalle, vale la pena decir que el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, calificó de "razonable" el reajuste real que pretende el Gobierno, que es de un 1,5%. "El doble del año pasado". Según sus palabras, con eso se "aumenta el poder adquisitivo y cuida los efectos del empleo".
Pero ya basta de los entretelones de la teleserie política. Vale la pena partir preguntándose qué familia puede vivir con un sueldo como ese; o bien, cuáles son los criterios que se ocupan para considerar el sueldo mínimo actual- o al que se aspira a llegar- como suficiente para que una sola persona cubra sus necesidades mensuales. Personalmente tengo un ingreso en torno a los $160 mil y con suerte logro llegar al último día del mes. Y eso que no tengo deudas.
Hay un punto en el que no hay culpa del Gobierno de turno ni de uno anterior sino que hay un tema cultural- laboral. Resulta que si el sueldo mínimo se fija en un monto como el que propone la DC, habrían efectos sobre el empleo; vale decir, habría despidos. ¿Será que las empresas están funcionando tan justas de presupuesto que no pueden subir así los sueldos? Probablemente lo primero que podrían decirme es que una subida tan notoria se traduce en millones de pesos, pero ni la situación empresarial está tan mala como para no poder hacerlo, ni se trata de dineros perdidos. Lo que la empresa gasta en esos sueldos, los empleados lo gastan en comprar en las mismas empresas en que se aumentaron los salarios.
Están jugando a la ruleta rusa. Están intentando hacer que la máquina funcione con respuestos de tercera y parchando las cañerias con chicle. Y desde La Moneda- y parte del Congreso- les están vendiendo los chicles. Tanto el sueldo mínimo como el ingreso ético prometido por el presidente Piñera- de $250 mil para una familia de 5 personas- son montos insuficientes, y si bien el Gobierno puede alegar que el ingreso ético está dentro de lo que se puede dar, las empresas, que sin trabajadores no funcionan, sí pueden sacarse uno o dos cocodrilos del bolsillo y rebajar aunque sea un poco los "sueldos mínimos" que hay en gerencias u otros departamentos.
Quizás un ejercicio práctico y útil sería que nuestros parlamentarios intentaran vivir unos cuantos meses con sueldos mínimos. Quizás también sería bueno y práctico para quienes manejan las cifras de empleo. Quizás la voluntad no está por el simple hecho de que "al que no le gusta se puede ir". Todos saben que por uno que sale, hay unas cuantas decenas detrás dispuestas a trabajar por lo que sea.
Al final, entre sueldo mínimo e ingreso ético, desde algunos sillones del parlamento y La Moneda, parece que no hay un mínimo de ética.
La propuesta hecha por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) apunta a lograr que el reajuste sea de un 6%, es decir, que el suculento sueldo suba aun más a un total de $175 mil. El Gobierno dice que no, y propone como contraoferta un reajuste del 4%, que en buen chileno quiere decir, subir el sueldo en menos de "luca quina".
A todo esto, por parte de la oposición, se indica que la Democracia Cristiana pretende que el reajuste sea tal que el sueldo quede en $180 mil. ¿La respuesta del Gobierno? Que ellos- la DC- serán quienes se tendrán que hacer cargo de que el sueldo quede tal cual como está; descartando de plano las aspiraciones de los falangistas.
Como último detalle, vale la pena decir que el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, calificó de "razonable" el reajuste real que pretende el Gobierno, que es de un 1,5%. "El doble del año pasado". Según sus palabras, con eso se "aumenta el poder adquisitivo y cuida los efectos del empleo".
Pero ya basta de los entretelones de la teleserie política. Vale la pena partir preguntándose qué familia puede vivir con un sueldo como ese; o bien, cuáles son los criterios que se ocupan para considerar el sueldo mínimo actual- o al que se aspira a llegar- como suficiente para que una sola persona cubra sus necesidades mensuales. Personalmente tengo un ingreso en torno a los $160 mil y con suerte logro llegar al último día del mes. Y eso que no tengo deudas.
Hay un punto en el que no hay culpa del Gobierno de turno ni de uno anterior sino que hay un tema cultural- laboral. Resulta que si el sueldo mínimo se fija en un monto como el que propone la DC, habrían efectos sobre el empleo; vale decir, habría despidos. ¿Será que las empresas están funcionando tan justas de presupuesto que no pueden subir así los sueldos? Probablemente lo primero que podrían decirme es que una subida tan notoria se traduce en millones de pesos, pero ni la situación empresarial está tan mala como para no poder hacerlo, ni se trata de dineros perdidos. Lo que la empresa gasta en esos sueldos, los empleados lo gastan en comprar en las mismas empresas en que se aumentaron los salarios.
Están jugando a la ruleta rusa. Están intentando hacer que la máquina funcione con respuestos de tercera y parchando las cañerias con chicle. Y desde La Moneda- y parte del Congreso- les están vendiendo los chicles. Tanto el sueldo mínimo como el ingreso ético prometido por el presidente Piñera- de $250 mil para una familia de 5 personas- son montos insuficientes, y si bien el Gobierno puede alegar que el ingreso ético está dentro de lo que se puede dar, las empresas, que sin trabajadores no funcionan, sí pueden sacarse uno o dos cocodrilos del bolsillo y rebajar aunque sea un poco los "sueldos mínimos" que hay en gerencias u otros departamentos.
Quizás un ejercicio práctico y útil sería que nuestros parlamentarios intentaran vivir unos cuantos meses con sueldos mínimos. Quizás también sería bueno y práctico para quienes manejan las cifras de empleo. Quizás la voluntad no está por el simple hecho de que "al que no le gusta se puede ir". Todos saben que por uno que sale, hay unas cuantas decenas detrás dispuestas a trabajar por lo que sea.
Al final, entre sueldo mínimo e ingreso ético, desde algunos sillones del parlamento y La Moneda, parece que no hay un mínimo de ética.
y hay que tomar en cuenta los costos de la locomocion colectiva, no puede ser que diariamente gastemos casi mil pesos en pasajes ida y vuelta, para peor ahora el pasaje escolar también subió por tercera vez consecutiva en menos de dos meses, ahora cuesta $160, todo para arreglar la embarradita del transantiago.
ResponderEliminarbuen análisis Pedro Pablo!