lunes, 7 de junio de 2010

16 millones de locos. ¿Por qué no?

La fiebre del mundial, guste o no, ya está instalada. Noticieros, programas de televisión, radios y periódicos llenan sus espacios hablando de lo que va a suceder, de las expectativas en torno a la selección chilena y de los equipos, sus lesionados, quienes podrían ser figuras y demases.

Y como resulta típico e inevitable, la cultura, la forma de ser de los chilenos aflora de mil y una maneras. El exitismo, la ilusión de que vamos a ser campeones del mundo o las críticas y opiniones respecto a las cosas que hace o deja de hacer el técnico que, lejos, ha sido quien más profesionalismo ha implantado en los zapatos y camisetas de quienes representan al país, nos llenan la cabeza y el corazón en la medida en que más se acerca el día del pitazo inicial para Chile.

Y más allá de lo que nosotros pensamos, está la opinión extranjera. Los ránkings que indican que Chile está elevado en las apuestas, las palabras de los especializados extranjeros, la posibilidad de ser una "sorpresa" en la cita mundialera, etc.

Sin embargo, lejos del campo de juego, hay algo que llama a la reflexión. Los logros, las cosas que han hecho que nuestra selección haya clasificado de la forma que lo hizo, ganando afuera, ostentando el estandarte de tener al mayor goleador de nuestras eliminatorias y sólo superados por Brasil en la tabla de posiciones, se deben a un sólo concepto: Profesionalismo.

Es por la gestión que ha habido en la Asociación Nacional de Fútbol y por el trabajo de Marcelo Bielsa y Compañía que el combinado nacional ha hecho el camino exitoso que ya todos conocemos. Y en buen chileno, "pucha que se disfruta".

Si tantas alegrías nos traen los frutos de un trabajo de alto nivel de seriedad y profesionalismo, ¿No resulta obvio que es justamente eso lo que nos hace falta como pueblo para tener aún mayores frutos en otras áreas?

Si en vez de bajar a fumar en la oficina espero y termino el trabajo; si no cobro más de lo que corresponde ni busco siempre la forma de "hacer leso" al que tengo al frente, ¿No será posible pensar que también podríamos ver frutos y triunfos producto de esa forma profesional, seria y completa de hacer las cosas?

En vez de endiosar a Bielsa (que por supuesto merece todo el reconocimiento que se le ha dado ) debiéramos seguir el ejemplo. Debiésemos entender que lo que él está haciendo, todos lo podemos hacer, todos llevamos un poco de "loco" dentro.

No ocupemos sólo la banca de los espectadores en la vida. Hay que considerar como un deber el sentarse de técnico, el mojar la camiseta, trabajar duro y entrenar mental y culturalmente con el sólo objetivo de ser grandes. No frente a otros, porque lo primordial en este caso no es ver a quién se deja atrás en una tabla de posiciones ni si hay, allá afuera, alguien que prefiera apostar por nosotros. Eso, cae por su propio peso. Eso está en la canasta de los frutos.

Si queremos sentirnos realmente orgullosos de Chile, con fundamentos reales y no sólo cuando cantamos el himno o cuando ganamos un partido de fútbol histórico, debemos, de una vez por todas, jugar el partido más importante, ese que se juega dentro de cada uno y entre todos juntos, para vencer los vicios que nos hacen estar siempre "al filo del salto" y dar definitivamente el paso que falta.

Somos grandes, pero no vamos a meter la pelota al arco mientras no juguemos como los verdaderos grandes, los que, aún sabiendo que tienen el talento, entrenan incluso más que sus compañeros y ponen el cien por cien a cada cosa que hacen, sin importar si esa pasión les regala el apodo de "loco".

1 comentario:

  1. wenaa zorron!
    concuerdo en la idea, si no nos pegamos ese pequeño empujoncito o no ahcemos el esfuerzo suficiente, no tenemos nada de que alegar para conseguir los objetivos, a veces cuesta más para algunos casos, pero hay que hacerlo, Viva Chile Ctm!
    SALUDOS!

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