Según un estudio realizado por el neuroeconomista Paul J. Zak, el uso de las redes sociales como Twitter, Facebook y MSN, ayuda a desarrollar las capacidades de empatía de las personas, así como también reduciría los niveles de estrés.
Parece un dato curioso y que hasta puede pasar inadvertido o como algo interesante, pero creo que es un tema digno de analizar, quizás lo suficiente como para hacer un alto y pensar, leer entre líneas y efectivamente darle un par de vueltas para ver qué es lo que realmente nos están diciendo.
Según el texto, el uso de twitter hasta tendría efectos productivos para la salud, al rebajar los riesgos de tener "infartos cerebrales y al corazón que estarían asociados a la falta de apoyo social" de quienes no usan el programa.
Suena convincente pero ¿no será como mucho? Es decir que ahora, por usar Twitter o cualquiera de los otros programas ¿hasta se verá beneficiada mi salud? Bien, démosle carta blanca a la idea. Aún así, ¿no resulta obvio que la interacción directa resulta mejor? Pues según lo que se explica, en el momento en que las tecnologías estén ya lo suficientemente desarrolladas, podremos engañar al cerebro de forma tal que teniendo un holograma frente a nosotros vamos a poder llevar a cabo las interacciones tal y como si tuviéramos a nuestro interlocutor en frente.
Me niego. No soy un anti- tecnología ni mucho menos- es más me confieso usuario activo de plataformas sociales electrónicas- y creo de verdad que los avances que puede lograr el hombre son increíbles y beneficiosos mientras se les de un buen uso, pero que se den casos como este en que se busca potenciar el uso de estas redes planteándolas casi como el amanecer de una nueva era en las relaciones, me parece algo un poco extremista y hasta peligroso.
¿Acaso las publicidades de estos programas también son beneficiosas para nosotros? Puede que Twitter aún no esté sumergido en el océano de avisos y propagandas que hay en la red, pero no me suena loco pensar que falta poco para eso.
Ciudades para niños en las que les enseñan a usar dinero y aprender de las complejidades del mundo de los adultos y notas periodísticas que hablan de estudios sobre lo beneficioso que es "compartir" con los demás estando sentado frente a un computador. ¿Soy yo o no es algo que suene precisamente bien? ¿Para poder rebajar mis niveles de estrés y desarrollar la empatía con mis semejantes entonces tengo que pasar más tiempo en mi pieza encerrado y encadenado a la pantalla de mi monitor?
Quizás suena un poco más lógico pensar que la empatía y el estrés se ven modificados por el hecho simple y básico- tan antiguo como nuestra misma existencia- de comunicarnos.
No se trata de que el programa computacional sea el beneficioso. No cometamos el error de tomarlo así. Las plataformas de Internet lo que hacen es facilitar la comunicación espontánea, acercar a los lejanos y quizás un sin fin de cosas, pero la comunicación en sí no es una gracia de san Twitter ni de Facebook ni de nada semejante. Creer que son estos programas los que propulsan los beneficios para la salud que se les atribuyen, es tan absurdo como decir que entonces, antes de que existieran, la gente estaba más estresada y quizás hasta tenía peor salud.
No, no son los programas, somos nosotros. Quizás se deba hacer un experimento más lógico y humano a la vez. O derechamente podría promoverse, por ejemplo- y con real voluntad- el fortalecimiento de los lazos con la familia, la base donde se aprenden las primeras y más importantes nociones sobre lo bueno que es comunicarse y saber cómo hacerlo. Si la sociedad- y sobre todo los que concentran el poder de los medios, el dinero o la política- se planteara la meta de mejorar ése tipo de vínculos, no sería necesario un programa computacional para obtener los beneficios que ahora se les atribuyen a estos.
Lo que nos falta es eso, comunicarnos. Y es una gran ironía que sea así cuando estamos llenándonos la boca y los oídos todo el tiempo con la idea de que estamos en la "Era de las comunicaciones". Tal parece que se le llama así no por el sentido de la interacción entre nosotros como individuos, sino por el poder que ejercen los medios como canal para comunicar lo que se quiere comunicar y lo que nos quieren comunicar.
Que un tipo cualquiera pueda mejorar sus condiciones de salud y de relación social mientras está sentado frente al monitor no es más que un títere, una figura que lo que hace es vender muy bien un muy buen producto. De que hay ventajas frente al uso de estos servicios las hay y eso no se discute, pero de ahí a promoverlos casi como un estilo de vida que nos va a reportar beneficios incluso para la salud y que, en algún momento, será posible dejar de lado incluso la tan antigua, exquisita y realmente positiva experiencia de estar sentado frente a otra persona o grupo de personas, por lo menos- y siendo quizás muy prudente- parece una estrategia frívola de marketing basado en una pseudo aplicación de la ciencia.
Parece un dato curioso y que hasta puede pasar inadvertido o como algo interesante, pero creo que es un tema digno de analizar, quizás lo suficiente como para hacer un alto y pensar, leer entre líneas y efectivamente darle un par de vueltas para ver qué es lo que realmente nos están diciendo.
Según el texto, el uso de twitter hasta tendría efectos productivos para la salud, al rebajar los riesgos de tener "infartos cerebrales y al corazón que estarían asociados a la falta de apoyo social" de quienes no usan el programa.
Suena convincente pero ¿no será como mucho? Es decir que ahora, por usar Twitter o cualquiera de los otros programas ¿hasta se verá beneficiada mi salud? Bien, démosle carta blanca a la idea. Aún así, ¿no resulta obvio que la interacción directa resulta mejor? Pues según lo que se explica, en el momento en que las tecnologías estén ya lo suficientemente desarrolladas, podremos engañar al cerebro de forma tal que teniendo un holograma frente a nosotros vamos a poder llevar a cabo las interacciones tal y como si tuviéramos a nuestro interlocutor en frente.
Me niego. No soy un anti- tecnología ni mucho menos- es más me confieso usuario activo de plataformas sociales electrónicas- y creo de verdad que los avances que puede lograr el hombre son increíbles y beneficiosos mientras se les de un buen uso, pero que se den casos como este en que se busca potenciar el uso de estas redes planteándolas casi como el amanecer de una nueva era en las relaciones, me parece algo un poco extremista y hasta peligroso.
¿Acaso las publicidades de estos programas también son beneficiosas para nosotros? Puede que Twitter aún no esté sumergido en el océano de avisos y propagandas que hay en la red, pero no me suena loco pensar que falta poco para eso.
Ciudades para niños en las que les enseñan a usar dinero y aprender de las complejidades del mundo de los adultos y notas periodísticas que hablan de estudios sobre lo beneficioso que es "compartir" con los demás estando sentado frente a un computador. ¿Soy yo o no es algo que suene precisamente bien? ¿Para poder rebajar mis niveles de estrés y desarrollar la empatía con mis semejantes entonces tengo que pasar más tiempo en mi pieza encerrado y encadenado a la pantalla de mi monitor?
Quizás suena un poco más lógico pensar que la empatía y el estrés se ven modificados por el hecho simple y básico- tan antiguo como nuestra misma existencia- de comunicarnos.
No se trata de que el programa computacional sea el beneficioso. No cometamos el error de tomarlo así. Las plataformas de Internet lo que hacen es facilitar la comunicación espontánea, acercar a los lejanos y quizás un sin fin de cosas, pero la comunicación en sí no es una gracia de san Twitter ni de Facebook ni de nada semejante. Creer que son estos programas los que propulsan los beneficios para la salud que se les atribuyen, es tan absurdo como decir que entonces, antes de que existieran, la gente estaba más estresada y quizás hasta tenía peor salud.
No, no son los programas, somos nosotros. Quizás se deba hacer un experimento más lógico y humano a la vez. O derechamente podría promoverse, por ejemplo- y con real voluntad- el fortalecimiento de los lazos con la familia, la base donde se aprenden las primeras y más importantes nociones sobre lo bueno que es comunicarse y saber cómo hacerlo. Si la sociedad- y sobre todo los que concentran el poder de los medios, el dinero o la política- se planteara la meta de mejorar ése tipo de vínculos, no sería necesario un programa computacional para obtener los beneficios que ahora se les atribuyen a estos.
Lo que nos falta es eso, comunicarnos. Y es una gran ironía que sea así cuando estamos llenándonos la boca y los oídos todo el tiempo con la idea de que estamos en la "Era de las comunicaciones". Tal parece que se le llama así no por el sentido de la interacción entre nosotros como individuos, sino por el poder que ejercen los medios como canal para comunicar lo que se quiere comunicar y lo que nos quieren comunicar.
Que un tipo cualquiera pueda mejorar sus condiciones de salud y de relación social mientras está sentado frente al monitor no es más que un títere, una figura que lo que hace es vender muy bien un muy buen producto. De que hay ventajas frente al uso de estos servicios las hay y eso no se discute, pero de ahí a promoverlos casi como un estilo de vida que nos va a reportar beneficios incluso para la salud y que, en algún momento, será posible dejar de lado incluso la tan antigua, exquisita y realmente positiva experiencia de estar sentado frente a otra persona o grupo de personas, por lo menos- y siendo quizás muy prudente- parece una estrategia frívola de marketing basado en una pseudo aplicación de la ciencia.
Te quedo buenísimo el comentario y como te dije concordamos en esa idea absurda de tener mejor salud producto de tener más amigos en plataformas como twitter o facebook, para mí eso alimenta el ego y por eso nos encontramos con personas con 400 o 700 amigos, en realidad eso se llama temor a no quedarse solos.
ResponderEliminarPor supuesto, es mucho mejor tener una conversación en persona que tenerla en cualquiera de estas plataformas, no hay nada mejor que estar hablando las cosas de frente y a los ojos!,
saludos bro ;)
El comentario me hiso recordar las horas de esclavitud frente a las extrañas cajitas bronceadoras TV y PC que en un momento es inevitable y mas cuando te sobra el tiempo.
ResponderEliminarbeneficio jajaja debería decir contraindicaciones "El uso indiscriminado puede provocar sedentarismo ---> obsesión o sicosis esporadica jajaj etc etc" bueno es algo extremo pero q una adolescente se suicide por bullying en su fotolog da para mucho
Buena NOTA!! ;) ahora me paso directo a mi fece antes de q me de un embolia cerebral saludos desde el otro lado de tu pc
C.A.T.V